Crecer con el paso de las metas y el tiempo.

Hace unos días estaba caminando mientras observaba el cielo, de hecho, tenía un aspecto tan hermoso que lo capture en una fotografía, sin embargo, lo que verdaderamente me llamo la atención fueron los enormes árboles que se erigían por las alturas. Y entonces reflexioné en lo curioso que es el hecho que un día fueron una pequeña semilla ¿Qué los había llevado a ser esos enormes monumentos naturales? Y caminaba pensando en esa cuestión hasta que concluí dos cosas. Número uno, tengo un conocimiento en botánica muy limitado. Y número dos, el tiempo.

Se dicen tantas cosas del tiempo; por ejemplo, que vale oro, que es relativo, el tiempo es valioso, no lo desperdicies, pero poco se nos enseña en cuanto a cómo transformar esos segundos en algo significativo en nuestras vidas, la mayoría del tiempo estamos conscientes en que este existe, pero no somos conscientes de cómo es el tiempo lo único que cada día nos está contrayendo en enormes arboles ¿No lo crees? 

Pues sí, creo que hay muchos procesos que el árbol necesita para crecer y crecer y crecer, pero eso no pasa de un día al otro, más bien toma su tiempo, pasan años y años hasta que el árbol alcanza la madurez y se convierte en ese enorme pilar de madera que embellece el ecosistema. 

Del mismo modo los humanos nacemos y es el paso del tiempo el que nos transforma de unos pequeños bebes a lo que somos el día de hoy. Pero, así como el tiempo no es lo único que hace crecer al árbol, el tiempo no es lo único que necesitamos para crecer en lo personal. 

A estos otros elementos como, sol, agua y demás, he querido llamar metas. 

Es muy común imaginar o idealizar el final, los resultados o las victorias, por ejemplo, queremos transformar nuestros cuerpos y nos proponemos ser unos adonis, sin embargo, nuestro cerebro se salta lo complejo que será encontrar tiempo para que eso suceda, el esfuerzo, las lágrimas, el dolor muscular que sufriremos antes de la transformación. De modo que visualizamos el fin, pero no el camino. Es decir, aprendemos a soñar, pero jamás a ponernos una meta. 

Pues una meta es la mejor amiga del tiempo, es la pauta que nos marca que estaremos haciendo en determinado momento, son los pequeños pasos que con el paso de los días nos harán florecer. 

En mi vida he aprendido en diferentes lugares que una meta siempre debe ser especifica, pues mientras más precisa sea una meta, menos se parecerá a un simple sueño. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “Este año bajare de peso” a decir “del mes de enero al mes de abril tendré que haber bajado 7 kg” El primer ejemplo no nos da una pauta que podamos medir con el paso del tiempo, mientras que la segunda nos permitirá diseñar estrategias donde podamos medir nuestro progreso en factor con el tiempo. 

La segunda variante de una meta que he aprendido con el pasar de los días es que una meta es realista, un sueño… bueno, no mucho. Y muchas veces caemos en el error de proponernos una meta que en términos realistas no serán completadas cuando el plazo llegue a su fin. Tu eres la persona que más conoce el gran potencial que posees y créemelo ni una meta es pequeña, por ejemplo, hay quienes se proponen leer 2 libros al mes y otros que se proponen 1 página diaria, y eso está bien, al final las pequeñas victorias son las que hacen la diferencia. Pues el soñador no es realista y en sus grandes campañas desaparece por motivos de su diminuta diciplina. 

El tercer y último factor es: una meta debe ser medible, pues el poder de medir motiva, el ver como día con día avanzas te motiva a no tirar la toalla, y cuando no cumplimos la cuota esperada, podemos identificar con datos estadísticos donde estuvo el error. Piénsalo así, una gota por si sola es insignificante y poco podrán hacer para ver el árbol crecer, pero el poder de muchas gotas transformará una semilla en un hermoso árbol. Del mismo modo medir las metas nos ayudará a visualizar el pequeño pero importante progreso que se hará día con día, mes tras mes y año con año. 

En resumen, una meta debe ser especifica, realista y medible. 

Para despedirme te platicare mi meta entorno a este proyecto, mi meta es poder hacer un blog que me ayude a desarrollar mis capacidades como escritor, para ello he tomado la decisión de hacer 4 entradas por semana, en específico, el lunes, miércoles, viernes y domingos. Los días domingos me he propuesto escribir entradas más personales y especiales donde te comparto lo más valioso en mi vida. Lo haré así por cinco meses donde evaluaré los resultados y definiré cual será el siguiente paso que hará de este pequeño blog algo monumental que espero podamos disfrutar tanto tú como yo. 

Sin más, mi querido lector, te invito a que me dejes leer cuáles son tus percepciones entorno a una meta. Por supuesto, si hay algún comentario que te gustaría hacer respecto a mi contenido es bienvenido. Tomo en cuenta todas las sugerencias y comentarios, de verdad lo aprecio mucho.

Nos leeremos pronto.